Queríamos conseguir un edificio de gran sobriedad, claridad y elegancia a partir de un volumen extremadamente sencillo, en el que las transparencias de los cerramientos permiten intuir la actividad interna del edificio, al mismo tiempo que dejan entrever la vegetación que envuelve interna y externamente el volumen. El resultado es un cubo cristalino flanqueado por una cercha perimetral que no sólo es su sistema estructura sino que también le aportar la imagen identitaria del centro de ciencias biomédicas.
Enfocamos el proceso de diseño en obtener una planta de gran simplicidad en la que encajar todo el programa. Por ello, tratamos de reducir la geometría del edificio a un cuadrado que finalmente fue de 56 m de lado. En el centro del mismo se situamos un patio, de similar geometría y 19m de lado, en torno al cual se organizan todas las circulaciones. A su vez la estructura se desvincula del plano de fachada dando lugar a un espacio vacío entre ambos. Conseguimos así un edificio que tanto en su perímetro interior como exterior está rodeado por dos patios llenos de vegetación. El patio central cuenta con árboles de gran porte, que igualan la altura del edificio y que dan la sensación de que el corredor alrededor del patio gira en torno a un denso bosque. El anillo perimetral entre la fachada y la cercha cuenta con unas enredaderas vegetales que cuelgan de la cubierta y convierten la fachada al exterior en un tamiz semi-traslúcido.
Las fachadas se resuelven con un conjunto de cerchas de gran contenido expresivo que aportan carácter e identidad al edificio. Las diagonales de las cerchas son las que cobran mayor presencia en el conjunto, su densidad es superior en la planta más elevada y va reduciéndose a medida que se aproximan al suelo. De esta manera sólo cinco nudos de la cercha tocan el suelo en cada fachada, a excepción de la fachada frontal donde son sólo cuatro los puntos de apoyo para liberar el punto de acceso al edificio.
Nuestra propuesta respeta la distribución por plantas sugerida en las bases del concurso, la cual nos parece bastante acertada. No obstante entendemos que se trata sólo de un presupuesto funcional que se verá alterado durante la fase de proyecto básico. Por esta razón, nuestro planteamiento permite que la segregación por plantas sea fácilmente alterable, de tal manera que, por ejemplo, las aulas pudieran pasar a la planta primera y los laboratorios a la planta baja, sin que la concepción formal básica del edificio se viera afectada. De la misma manera, el tamaño y número de aulas y despachos podrá ser modificado fácilmente en fases posteriores del proyecto. Como se aprecia en las plantas, el espacio en forma de “U” donde se sitúan las aulas y laboratorios es susceptible de ser reconfigurado a lo largo de toda la vida útil del edificio, no sólo para adaptarse al sistema “Blended Learning” propuesto por las bases del concurso, si no para responder a futuros modelos educativos.